miércoles, 24 de octubre de 2018

Solo no me ves

Aunque no me ves, 
yo sigo aquí.

Toco a tu ventana, 
con gotas de lluvia. 
Levanto tus cabellos, 
con el soplido del viento. 
Ilumino tu alcoba, 
con los rayos de sol. 
Intento alegrar tu mañana, 
con el canto de los pájaros.

Aunque tu no me ves, 
no te he dejado.
Te he visto sollozar en la noche 
y te he cantado al oído. 
Cuando sientes un cosquilleo en los brazos, 
soy yo que te abrazo.

No me he ido, 
ni te he abandonado.

No estás sola cuando escuchas la lluvia, 
percibes el silbido del viento, 
te calientan los rayos de sol, 
escuchas los cantos de pájaros, 
porque allí estoy 
y no te dejado.

Mi cuerpo quizás ha naufragado,
pero aunque no me ves,

yo te seguiré amando.

Lola Álvarez

lunes, 1 de octubre de 2018

Hace un año

Hace un año tomé un avión con esperanzas en los bolsillos y sin ganas de voltear a mirar. Hace un año me despedí por última vez de quien era mi polo a tierra. Hace un año logré dejar mis miedos y emprender un viaje a un mundo desconocido, donde me vería cambiada y más reservada. Este último año no fue como lo esperaba. No estaba preparada para los retos que se avecinaban y nunca me imaginé estar donde estoy el día de hoy. Sin embargo, aunque tomé ese avión, decisión que aún no logro definir como correcta o incorrecta, estoy segura que haber vuelto un año y medio antes y compartir con mi familia fue la mejor decisión que no tomé por mi misma, sino que la vida tomó por mi.
Ese año y medio antes de mi viaje logré disfrutar de mis amigos, logré abrazar a mi viejo y darle todo mi ser a mi madre. Sin embargo acá sentada en esta habitación, mi corazón sigue latiendo aún cuando desearía acallar su clamor. No he encontrado explicación aún para esta lucha constante a la que me he visto enfrentada o mejor dicho, la cual he hecho parte tan intima de mi ser. Mi metamorfosis ha sido tan extensa que sin embargo aún olvido que sigo siendo la misma plastilina que mi madre dio a luz. Solo que más cálida, más suave al tacto, más perfeccionada por los golpes de la vida.
Hace un año abandoné una vida que me hacía medianamente feliz, buscando más, con la ambición rosando el piso de lo pesada que era la carga. Creyendo que al otro lado del mundo encontraría esa felicidad que en ningún lado había podido encontrar. Sin embargo era consciente que mi corazón se quedaba en el aeropuerto en sus reconfortantes y siempre calurosas manos llenas de experiencia y amor. Ese era mi hogar y lo abandoné, por razones que aunque eran validas en ese entonces, ya no tienen peso alguno para esta alma desolada.
Pensé no volver en al menos dos años y sus palabras a la despedida fueron tranquilizadoras prometiendo que en dos años todos estarían de nuevo esperándome. No sabía lo que tenia planeado el destino, desconocía que ese abrazo sería de los últimos que recibiría y por eso emprendí este viaje a lo infinito. No me puedo arrepentir más, nada cambiará mi realidad. Pero definitivamente puedo afirmar que la mujer que dejó el aeropuerto aquel 29 de Septiembre es la misma pero transformada. Sacando fuerza y valentía de donde no creía que había, mostrando al mundo entero que aún con el alma en pedazos el sol puede brillar en sus ojos, gritando a los cuatro vientos que aunque su vida no ha sido como esperaba, ella sacudirá sus alas del fuego y del infierno y emprenderá de nuevo el vuelo.
Aunque me demore en encontrar la salida un poco más que los demás, tengo una voz que me abraza y no me permite rendirme.
Su voz.
Lola Álvarez

jueves, 13 de septiembre de 2018

Si tan solo

Sin quererlo ahí estaba
buscando al fondo del horizonte
su respuesta anhelada
en su existencia difuminada.

Las palabras se ahogaban en la garganta,
la vida se escurría en sus lágrimas,
no existía suficiente color en su alma
para adornar su tragica ánima.

No la mires con ojos de piedad
no la intentes alcanzar,
su alma fue expropiada,
y la luz eliminada.

Mil y una noches soñando
tenerla a su lado,
pero el amanecer despiadado
le arrebataba lo ganado.

Retraída en su mundo,
donde el espejo era
su bien más confiado,
el ser más odiado.

Recriminándose a diario
sus errores y pecados
convertidos en demonios
que la fueron seduciendo.

Mientras más reía y pretendía,
más su alma se apartaba
de aquella realidad sustituida
por un pozo de mentiras.

Cansada del insomio y la fatiga,
resolvió lo que haría,
una tarde de septiembre,
sin ninguna compañía.

Sin pensarlo y sin dudarlo
convencida por sus diablos
del puente más alto de la autopista,
fue lanzada sin premisas.

Si ella tan solo hubiese escuchado,
el susurro del viento,
el murmullo de las hojas,
el canto del sol.

Si ella tan solo hubiese abierto su alma,
y hubiese compartido su pena,
su espíritu no estaría divagando,
y estaría abrazando su existencia.

Lola Álvarez

miércoles, 11 de julio de 2018

Adiós.

Hoy que estas en cama y estas recuperándote, porque sé que saldrás de esta. Hoy, con lagrimas en mis ojos no puedo dejar de pensar en los tuyos. Que expresivos que son, qué cantidad de emociones puedes comunicar con ellos. Que difícil hablar en presente, cuando hace mucho no te veo y cuando estoy a la puerta de perderte. Es que no puedo creerlo. Todavía puedo escuchar tu voz, todavía puedo verte cuando cierro los ojos. En la cocina, o en la cama, o en mi cama consolándome porque me rompieron el corazón. Te veo feliz en mi recuerdos, riendo y hablando seria. También te veo llorando en la mesa del comedor, sufriendo por la posible perdida de tu padre, si para ese entones yo hubiera sabido que tu serias a la yo estaría llorando, te habría amado mas de lo que lo hice. Me faltan palabras, vida, aire, sangre y latidos de mi corazón para poderte expresar el amor y el dolor tan grande que siento en estos momentos. Una parte de mi sabe con seguridad que estarás bien, pero mi otra parte que es la mayoría, tiene tanto miedo de perderte que no para de imaginarse la vida sin ti. Y la verdad, como muchas veces te lo dije, es inconcebible para mi. El significado de amor eterno eres tu. Mi complice, mi amiga, mi vida entera. Tantas veces te dije que te amaba. Nunca me canse de repetirtelo, y aun así considero que no fue suficiente, porque sé que irme de tu lado, era como enviarte una señal de no amarte. Aunque te propuse muchas veces que no me casaría y me quedaría cuidándote. Cuando me lo imaginaba, no era tan lindo, porque pensaba que me estaría perdiendo de ese amor romántico que casi que no llega. Pero cuando llego, me di cuenta que nunca para nada puedo compararlo con lo que siento por ti. Es una casi devoción, admiración, amor, amor, amor por todos los poros. Y todo ese sentimiento se me ha transformado en un miedo incontrolable. Debo aceptar que una muy pequeña parte de mi, sabe que tus dolores que tanto te han atormentado toda tu vida, no te abandonaran sino en la tumba. Pero se que tenias ganas de vivir, aun tienes muchas cosas pendientes en este mundo. Mi abuelito espera por ti. Esperanzado de verte.

21 días

Cómo hacerle entender a mi cerebro y a mi corazón que ya no estás, que te fuiste y me dejaste. Cómo no hacerme ilusiones al despertarme de tener un mensaje de buen día tuyo. Cómo no sentirme miserable con esta vida sin ti. Tantas preguntas sin respuesta, tantas historias sin contar, tantos abrazos sin dar. Hoy me siento desolada, triste, amargada, desesperanzada, simplemente siento que la vida se me fue contigo. Irónicamente, esta no es el mimo tipo de depresión de antes, es como querer continuar con la vida, porque así me lo enseñaste, hacer cosas funcionalmente, pero dejar de estar presente, estar en otros mundos, en otras vidas. Es como si hubiera dejado este mundo contigo también. 

No hay nada mas triste que encontrarse solo en el mundo, desprotegido de cualquier herida. Quien me consolara cuando me rompan el corazón, quien me abrazara y me mirara sonriendo con esos ojos de orgullo, quien cuidara de mis hijos y los mimara como yo no puedo hacerlo, quien me salvara de esta vida que tanto me ha golpeado. Si tan solo pudiera devolver el tiempo y revivir todo una vez mas. Volver a abrazarte, volver a decirte lo mucho que te amo, volver a sentirte cerca a mi, volver a hablar por horas en la noche de todo lo que nos pasaba, y poder contarte todas mis ideas locas o escucharte mas atentamente, preguntarte todo y mas. Cuantos dolores en tu vida no tuviste que pasar y aun así, te levantabas con la fe en Dios que todo saldría bien. Eres mi heroína. ¿Cuándo este en apuros ahora a quien llamare? 

Han pasado tres semanas sin tu existencia, me siento desolada, triste y abatida por este mundo que no se detiene, que no me ha permitido llorar y acurrucarme en la cama. Necesito replantearme la vida madre. Necesito planearlo todo sin ti en la ecuación. Y eso no es lo que mas me duele. Me duele mas saber que nunca mas podré volverte a ver a los ojos y decirte lo mucho que te amo, no podré cargar tus maletas, no podré cuidarte y devolverte todo lo que hiciste por mi, no podré visitarte, no podré amarte como me gustaría. Me siento vacía sin ti y hoy es de esos días en que perder la vida sería lo mejor que me podría pasar.

Lola Álvarez
-Ausencia-

jueves, 12 de abril de 2018

No logro descifrarla, pero...

Tiene una manera peculiar de ser. No logro entender aún que pasa por su cabeza cuando guarda silencio. Su mirada se esconde en el horizonte enfocándose en un objeto imaginario. No me presta atención pero aún así valoro su presencia. Sin embargo cuando me mira, me desarma. Sus ojos color marrón parecen dos botones infinitos. Hay días en que amanece sin ganas de existir. Eso lo sé, porque la confianza que me he ganado a su lado, me ha dado el privilegio de ser su confidente y su cómplice en muchos aspectos de su vida. A pesar de esto, ella se guarda para si misma. Se esconde, me esconde y le esconde a los demás un mundo entero de si misma que creo tiene miedo de aceptar.

La he escuchado hablar sola, se refuta y se ríe de si misma. Mientras cocina se guía a si misma y hasta se da ánimos para no dejar quemar la comida. A veces cuando sale de la ducha, se desnuda ante mi y empieza a bailar como si un espíritu la hubiese poseído. En esos momentos así, me pregunto cuántas personas han tenido el placer de verla soñar. Cuando empieza a contar sus hazañas y sus aventuras, cada parte de su cuerpo se mueve por si solo, los labios cuentan algo y los ojos le siguen, luego las manos hacen el énfasis en el nudo de la historia y finalmente termina la historia y se apaga. Guarda de nuevo silencio, esperando probablemente la admiración o aprobación de quien la escucha.

Hay días en que se mira al espejo, y no puede parar de hablarse a si misma. Y cuando me abraza a veces no hay apretón, no hay movimiento, solo entrelaza sus manos en mi espalda y se queda quieta, como si estuviera esperando que yo la amara y no ella a mi. Aunque no todo en ella es cerrado. Hay momentos en los que surge con una flor para mi, o con un comentario amoroso y romántico, que intenta luego apaciguar con un chiste o una risa. Cuando se ríe se ven sus pequeños dientes blancos, y de manera automática entrecierra los ojos de una manera tan maravillosa. Hecha su larga cabellera hacia atrás, la que no tan frecuentemente lleva abierta, sino siempre en un moño o una bollo detrás.

La he visto bailar mientras camina. Canta a todo pulmón en la calle con los audífonos apagados. Realmente pareciera que tuviera dos personalidades completamente opuestas. Hay noches en que no reconozco como me toca, me desnuda y sin una palabra me obliga a poseerla de la manera más brutal. Deja de ser la mujer reservada que camina cogida de la mano conmigo y me obliga a parar porque un erizo salió de su hogar. Se convierte en seguridad y confianza. Deja a un lado sus inseguridades y me besa como si fuera el fin del mundo. Es la misma que en momentos de arrebato me discute hasta que se cansa. No la logro descifrar, pero así y con todo, logra robarme el aliento, cada vez que sus botones de ojos me miran y el alma me desarma.

Lola Álvarez

domingo, 25 de marzo de 2018

Soledad

Ella aflora muchos sentimientos
quizás también muchos valores.
Ella escucha y tranquiliza,
ella juzga, y paraliza.

Hay muchas variaciones,
y cada una de ellas 
distorsiona realidades,
modifica perspectivas.

A veces la sientes llegar,
aún estando en compañía.
A veces es la compañía,
quien la hace llegar.

Te envuelve en sus brazos,
te arrulla con su canto,
canto tan ensordecedor,
como el mismo silencio.

Muchos le temen,
muchos le adoran,
ninguno se atreve 
a aceptar su derrota.

Su exceso te vuelve adicto,
su ausencia te enloquecería.
Y aun en el cuarto más lleno,
ella sin duda se colaría.

Ha llegado sin aviso,
llena de un abismo
de recuerdos olvidados, 
y de tiempos in nombrados.

Me desconsuela y me desarma,
la reconozco y me destrozo
me abraza sin piedad,
mi fiel amiga: soledad.

Lola Álvarez